martes, 8 de mayo de 2012

Coge turno, siéntate, y espera a que me importe.

Personas, personas y más personas, tantas y tan diferentes. Muchas a lo largo de tu vida, pero en realidad pocas consiguen colarse en tu vida, solo las que más empatizan contigo, las que más felices te hacen, las que consiguen hacerte sentir, las que te lo hacen todo un poquito más fácil, solo esas, se quedan contigo.


Hay personas celosas, despechadas, amargadas, que disfrutan haciendo daño, que inventan, que por vender venderian hasta a su madre, que son egoistas, intolerantes, racistas, malas. Ya he conocido a lo largo de mi vida varias personas de ese tipo, y hoy me di cuenta de otra más. Cada vez que una de esas personas se cruzan en mi camino, siento indiferencia por ellas, y sinceramente me dan pena, porque personas así, jamás seran capaces de amar a nadie, es tanto el amor propio que se tienen a si mismo, que es imposible que esa persona se sacrifique por nadie, tan siquiera sea capaz de ponerse un poquito en el lugar del otro.




Pero nunca tengas miedo de nada, sé tu misma, rompe las reglas, deshaz tabues, perdona rápido, besa lentamente, ama de corazón, rie incontrolablemente y nunca te arrepientas de nada que te hizo sonreir.



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